El esperpento en Luces de bohemia, de Ramón del Valle-Inclán

Ramón del Valle-Inclán
Rodrigo Clavijo Forcade
La utilización del término «esperpento» para designar un género teatral determinado, fue propuesta por Ramón del Valle-Inclán. La crítica especializada considera que la teoría del esperpento fue desarrollada por dicho autor en tres lugares distintos: a lo largo de su obra Luces de Bohemia; en el prólogo de otra de sus piezas, Los cuernos de don Friolera; y en una entrevista publicada en el periódico ABC, en el año 1928. Para tener en cuenta el estudio de la teoría esperpéntica se seleccionarán fragmentos relevantes de cada una de estas publicaciones, centrando el análisis en aquellos puntos que se consideren más trascendentales.
Un crítico importante de la obra Valle-Inclaniana, Ramón Gómez de la Serna, ha puesto énfasis en la influencia que Goya tuvo sobre la teoría del esperpento. Confirmando tal supuesto, el personaje Máximo Estrella expresa lo siguiente en la escena duodécima de Luces de bohemia: «El esperpentismo lo ha inventado Goya. Los héroes clásicos han ido a pasearse al callejón del Gato.»
El anterior fragmento manifiesta la explícita influencia de Goya en el esperpento, además de introducir una temática trascendental a la hora de estudiar esta construcción estética: la presencia del héroe clásico y su deformación, la cual se concreta en el ya citado callejón del Gato. La alusión a esta callejuela madrileña, en la que se podían advertir diferentes tipos de espejos que deformaban las siluetas que ante ellos se presentaban, evidencia la aspiración del autor de lograr una determinada mímesis, propia de la tragedia, pero a través de un procedimiento totalmente distinto al clásico: hablamos de la deformación. El punto citado anteriormente es de gran importancia a la hora de realizar un análisis de la obra: se debe destacar la existencia de una base tomada de la tragedia clásica, a partir de la cual se desarrollará una construcción estética deforme, grotesca, llena de tristes relieves.
El heroísmo entonces, considerado desde una visión clásica, cumple un papel de invalidez en la coyuntura histórica específica de la época. Es por ello que las características clásicas del héroe se deforman, toman otros rasgos inhabituales hasta convertirse en caricaturas, en fantoches que evidencian el desarrollo de una sociedad y una época ridículas, absurdas al extremo.
Teniendo en cuenta lo anterior, es aún más interesante analizar otro de los fragmentos de Luces de bohemia, en el cual Max Estrella continúa definiendo de manera concreta al esperpento: «Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento.» Como se ha dicho, el espejo cumple una función vital dentro de esta teoría, pues refleja una realidad deforme, carente de las líneas armoniosas que eran tan utilizadas dentro de la estética del arte clásico.
Hay críticos quienes consideran –tal es el caso de Cardona– que el espejo no representa otra cosa más que la propia sociedad: con respetable orden lógico Cardona expresa que, si la sociedad evidencia una desfiguración en su orden moral, cualquier suceso reflejado en esos espejos devolverá una imagen igualmente deforme. Frases como las siguientes «…deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España», parecen validar lo expresado con anterioridad.
Las diferentes definiciones esperpénticas, más allá de su valor estético, se vuelven muy interesantes por ser expresadas por los propios personajes de la obra de Valle-Inclán. Cuando Max Estrella comenta: «Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas», nos está brindado dos datos muy relevantes. Por un lado, como ya se ha expresado, es importante resaltar el punto de partida desde las normas clásicas del arte, las cuales luego serán deformadas; por el otro, se vuelve trascendental aclarar que la deformación utilizada parte desde una postura muy racional, y es propuesta desde una visión matemática.
El tema de la sociedad, y más precisamente la española, es un punto de muy importante relevancia a la hora de realizar un análisis de Luces de bohemia. A lo largo de toda la obra se realizan duras críticas a la idiosincrasia del pueblo español, traspasando la deformación de los individuos concretos a una entidad aún mayor que representa la sociedad en su conjunto. Este punto citado anteriormente es de gran relevancia, porque se puede considerar que los actos individuales de los sujetos ponen en evidencia el marcado declive de toda la nación.
Dentro de esta línea, el poeta Max Estrella expresa lo siguiente: «El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada.» A partir de lo anterior no es descabellado pensar en España como un gran esperpento, un escenario en el que actúan personajes mamarrachos que convierten a la «tragedia española» en un mito grotesco, lleno de ridiculez visto desde fuera. Es por ello que algunos críticos consideran al esperpento como una síntesis de la realidad histórica española de la época, en la cual se circunscriben los temas más representativos de todo un pueblo.
Críticos como Cardona y Zahareas han estudiado la relación particular existente entre el mito y Valle-Inclán. Según estos autores, Valle-Inclán considera todos los mitos como perjudiciales para el funcionamiento de una sociedad, y por ello propone la neutralización de dichos mitos para que los diferentes sucesos sean reconsiderados desde una perspectiva histórica. Teniendo en cuenta lo anterior, no es de extrañar la fuerte crítica realizada por Valle-Inclán al denominado «mito español».
La crítica se realiza de forma explícita, comentando Max Estrella en un pasaje de la obra: «España es una deformación grotesca de la civilización europea.» Puede advertirse, a lo largo de las citas aquí empleadas, la constante referencia al proceso de deformación, que se transforma en vital a la hora de comprender los rasgos más relevantes de la teoría esperpéntica.
Las frases de Max Estrella, punzantes y profundas, marcan el fuerte componente crítico que puede observarse a lo largo de toda la obra. El ataque hacia España se produce en varios frentes y alcanza a diferentes sectores, siendo muy interesante analizar la crítica relativa a la religiosidad del pueblo español. En la escena segunda, mientras Máximo Estrella mantiene una conversación con don Gay, quien comenta algunos de los rasgos más positivos de la sociedad inglesa, el poeta ciego expresa: «España, en su concepción religiosa, es una tribu del Centro de África.» La burla sobre el pensamiento religioso de los españoles continúa un poco más adelante, mostrándose cómo los conceptos propios de la religión son empleados de una manera vulgar y llevan a la intrascendencia: «Este pueblo miserable transforma todos los grandes conceptos en un cuento de beatas. Su religión es una chochez de viejas que disecan al gato cuando se les muere.»
Otro punto interesante de remarcar es la falta de importancia que los españoles le dan a los intelectuales, y la falta de respeto que hacia ellos existe. En la escena decimocuarta unos sepultureros –los cuales perfectamente podrían asociarse con los de la tragedia shakesperiana Hamlet–, hablan sobre los méritos del poeta Max Estrella. Uno de ellos expresa: «En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo.» Todos estos elementos que se nos presentan son deformaciones de una sociedad en la cual hasta los loros gritan enfáticamente: «¡Viva España!»
Un dato sumamente interesante a la hora de realizar un estudio de Luces de bohemia, es poner especial énfasis en la construcción de los personajes. En la ya mencionada entrevista realizada por el periódico ABC, Valle-Inclán desarrolla su pensamiento acerca de las diferentes posiciones en las cuales se puede observar a los personajes de sus obras. Dependiendo de las circunstancias, estos personajes pueden ser observados «de rodillas, de pie, desde el aire.»
Este perspectivismo en la focalización, junto con otros detalles técnicos propuestos por Valle-Inclán que se apartan de los métodos convencionales de representación, ha llevado al crítico Alonso Zamora Vicente a afirmar que la obra Luces de bohemia está «traspasada de cine», afirmación que será retomada posteriormente por Summer Greenfield.
Estas consideraciones se encuentran reforzadas por la especial utilización del discurso acotacional dentro de la obra, en el cual puede advertirse un manejo altamente poético del lenguaje. Este punto ha llevado a varios críticos a considerar la obra como más narrativa que dramática, y a advertir la fuerte influencia cinematográfica que transmiten sus diferentes escenas.
Los personajes de Valle-Inclán se terminan configurando como seres caricaturescos, españoles fantoches que resultan aún más patéticos debido a sus pretensiones trágicas, a sus gestos, sus ademanes hiperbólicos que alcanzan un grado elevado dentro del mundo de lo grotesco y lo desagradable.

BIBLIOGRAFÍA:
-Cardona, Rodolfo y Anthony R. Zahareas. Visión del esperpento, Madrid, Castalia, 1987.
-Gómez de la Serna, Ramón. Don Ramón María del Valle Inclán, Madrid, Austral.
-Greenfield, Summer M. Anatomía de un teatro problemático, Caracas, Fundamentos, 1972.
-Zamora Vicente, Alonso. La realidad esperpéntica (aproximación a Luces de Bohemia), Madrid, Gredos, 1969.